El éxito evangelizador de estos cursillos (que además cumplieron con creces su primer objetivo), llevaron a los sacerdotes mallorquinos a estructurarlos, ya independientemente de su fin primero.
Así, con el primer cursillo, realizado el 7 de enero de 1949, se originó lo que hoy conocemos como “Movimiento de Cursillos de Cristiandad”. Estos cursillos, en un comienzo estaban destinados y diseñados para jóvenes, pero al extenderse por toda España, fueron ganados por los adultos, cuya perseverancia hizo que quedara exclusivamente en sus manos, modificando algunos esquemas y charlas iniciales.
A mediados de la década del ´50 los cursillos llegan a algunos países americanos como Colombia, México e incluso Estados Unidos y, más tarde, a principios de la década del ´60 (1961), en México se plantea la necesidad de evangelizar a los jóvenes. De este modo, inspirados en cursillos, pero de manera independiente de estos, se forma en este país el “Movimiento de Jornadas de Vida Cristiana”, adaptado totalmente a la psicología, pedagogía y problemática juvenil.